miércoles, 14 de noviembre de 2012

Capítulo 15 «As long as she loves me»

◘ Jason McCann
La chica de hoy no está tan delgada como la rubia de la otra vez, pero la diferencia no es demasiado grande, lo admito. Y es morena. Pero no me he fijado en nada más. Creo que ella tampoco. Solo en que ambos llevamos bastante alcohol encima. Me recuerdo a Drake. Pero a la vez es tan distinto… Espera. ¿Distinto por qué? Él quiere evadirse, y yo también. Él quiere olvidar, y yo también. Y ninguno podemos. ¿Por qué es todo tan complicado?
—¿Vamos a tu casa? —pregunta ella. Creo recordar que se llama Linette, pero no lo juraría en ninguna parte.
—¿A mi casa?
Es la primera vez que se me pasa por la cabeza siquiera llevar a una chica a mi casa. Claro está, en ese momento, no pienso en Heather. Ella… es otro caso, obviamente. Nada que ver con Linette. Ella quiere de mí lo mismo que yo de ella, cuando a la otra, la hemos secuestrado. Exacto. Definitivamente, nada que ver.
Ella me mira, espera una respuesta. Alzo los hombros.
—¿Y por qué no?
Sonríe y presiona sus labios contra los míos. De nuevo, no siento nada. Creo que nunca he sentido nada en un beso. Tengo la teoría —o no tengo ni idea de cómo puedo acordarme de ella y a la vez hacer que me parezca lógica— de que, en realidad, en los besos, no se siente nada. Aunque no tengo en cuenta numerosos factores, y es que nunca me he enamorado. Es cierto que dicen por ahí que no es igual. Pero en fin. Dudo que algún día llegue a comprobarlo. Sacudo la cabeza. No es nada que me preocupe. Y menos aún cuando estoy con otra chica con la que, evidentemente, no quiero nada más que algo físico. Pero ella quiere exactamente lo mismo.
Linette coge mi mano y la llevo hasta mi casa.
♣ • ♣
Estamos en frente de mi destartalado edificio de ladrillo viejo. Ella se aprieta contra mí. Le sonrío a la vez que susurro un ‘No seas impaciente’ en su oído. Asiente. En ese momento me doy cuenta de lo borracho que estoy de verdad. Pero ella quiere. Y yo también. En realidad, no hay ningún problema.
Subimos las escaleras hasta el tercer piso, una puerta de madera frente a nosotros.
—¿Es aquí? —pregunta bajito.
Agito la cabeza en modo de aprobación.
Cuando estoy yendo a mi habitación, algo me dice que tengo que dar la vuelta, pero nunca hago caso de mis instintos, y por eso mismo estoy aquí, así que… a la mierda. Unos ojos grandes ojos marrones se pasean por mi cabeza, pero los alejo como puedo, a pesar de que insisten. Algo me dice que tengo que volver al salón, pero ¿por qué debería hacerlo?
Linette, mucho más bajita que yo, entra tras de mí, y me tira a la cama.
‘Pequeña pero matona…’
Sonrío. La verdad es que, puede que hacer esto cuanto antes sea mejor pero… siento que no debo, en parte. Pero ni idea de por qué. Al igual que todas esas advertencias, cuando estaba yendo a mi habitación pero, ¿y qué importa eso ahora? ¿Por qué no puedo tirármela sin pensar? ¡Estoy borracho! ¿Qué me está pasando, entonces? ¡Por qué no puedo dejar estas estúpidas e innecesarias reflexiones para luego?
Necesito un respiro, en serio. Alejarme de este mundo, aunque sea solo unos segundos. Y como de cuerpo no puedo hacerlo, sí mi mente puede ocuparse de cosas que no sean secuestros, robos y asesinatos. Necesito hacer algo bueno por alguien, aunque solo sea una vez. El placer sexual no cuenta. Con Linette o con la chica rubia del otro día. Se me hace imposible pensar que yo, el delincuente Jason McCann, podría ser… buena persona. Tal vez, en un mundo paralelo. Pero no, no es ese el mundo en el que vivo. El mundo en el que crecí, tal vez. Porque no son los mismos mundos. Sea como sea, la gente me miraba raro.
Con pena. Y Dios, cuánto lo odiaba. Todos… sentían compasión. Parecía dolerles más de lo que me dolía a mí.
Pero ahora mismo voy a divertirme. Observo a Linette y le sonrío. A ella parecen brillarle los ojos. Aunque tiene un rostro muy dulce, no parece serlo tanto en cuanto a, bueno, ya sabéis. Se quita la camiseta y se abalanza sobre mí.

No hay comentarios: