domingo, 9 de diciembre de 2012

Capítulo 28 «As long as she loves me»


◘ Heather O’Connor

He oído tres disparos, y estoy muy asustada. ¿Y si uno le ha dado a Jason? ¿A Drake? ¿Michael?
Dudas fuera cuando veo salir de la casa a Jason y a Michael con… Drake en brazos. ¿Drake en brazos? Salgo de la furgoneta, las lágrimas recorriendo mis mejillas desenfrenadamente, como si la vida de ello dependiera. Clavo mis ojos en Jason. Si yo tan mal me siento, no puedo siquiera imaginármelo a él.
Suelto un grito. Va cargado de rabia, dolor, pena, impotencia, frustración, odio, horror. Me parece oír un susurro en el que me indica que entre. Asiento con las palmas de las manos restregando mis mejillas, llenas de lágrimas.
Me siento en el asiento de copiloto.
Jason deja el cuerpo sin vida de Drake en las asientos de atrás y entra en el asiendo del conductor. Parpadea unas cuantas veces y se inclina sobre el salpicadero.
—Lo siento mucho, Jason, yo… Es todo mi culpa…
Él clava sus ojos vidriosos y cristalizados en los míos, lleno de tristeza. Su inexpresividad llega incluso a asustarme.
—Heather —murmura entrecortadamente—, esto es culpa de cualquiera… excepto tuya.
Se acerca a mí, pero no hace nada. Así que rodeo con mis brazos su cuello. Él solo me abraza y me atrae hacia sí.
—¿Y ahora adónde vamos? —pregunto.
Él empieza a conducir, y me fijo en que sus nudillos están blancos y también tensa la mandíbula. Hace un giro brusco y me echo a un lado.
—¿Jason? —susurro.
Él me ignora. Estoy asustada, de lo que él pueda hacer, de que haga cualquier tontería. Siento mucho lo que ha pasado, siento haberlo estropeado todo apareciendo, siento que Drake haya muerto, y siento no poder evitar pensar que ya ha pasado, que ya no se puede cambiar, que no podemos lamentarnos, que tenemos que seguir adelante.
Y no es que yo sea un buen ejemplo para ello, no he seguido mi consejo, precisamente pero, sinceramente, ¿quién lo hace?
Fijo mi mirada en él y con el dorso de la mano acaricio sus húmedas mejillas. Él cierra los ojos con fuerza.
Miro a la parte de atrás del coche.
Drake está pálido, con los ojos cerrados al igual que la boca. No lo conozco, pero aun así, siento que nos une algo muy grande.
No puedo con todo esto.
—Él fue quien me dijo que me estaba volviendo loco por ti —dice Jason con la voz ronca, sonríe con amargura.
Ahora mismo creo que lo que necesita es que lo distraiga, necesita que le dé conversación para no pensar realmente en que llevamos el cadáver de su mejor amigo en la furgoneta, también que va manchado con su sangre.
—¿Y qué hiciste?
Él no deja de mirar al frente, pero contesta aun así.
—Huir.
—¿De qué… o de quién? —me siento obligada a preguntar.
—De mí mismo. Y de mis sentimientos por ti.
Sonrío.
—Creo que en el fondo —continúa—, sabía que tenía que tener cuidado contigo.
—¿Por qué?
—Porque en realidad sabía qué me pasaba, únicamente tenía miedo de, tras tanto tiempo, sentir.
Callo un momento.
—Por cierto, Heather, quería pedirte disculpas por lo de aquella chica y por… haberte tratado tan mal. En resumen, quiero pedirte disculpas por haberte secuestrado, aunque sé que no sirve de nada ahora mismo. Y menos… después de lo que ha pasado —lanza una mirada furtiva a Drake, y aparca.
Miro a mi alrededor. Creo que estamos fuera de la ciudad, en un bosque, donde no hay absolutamente nada, solo grandes y altos árboles.
—¿Qué hacemos aq…?
Aparece Michael, que también aparca su coche, y le entrega a Jason una pala.
Me muerdo la lengua antes de preguntar:
—¿Tenéis otra?
Jason asiente en silencio y me entrega la suya.

♣ • ♣

—Heather.
—¿Sí? —pregunto abriendo los ojos. Hemos pasado la noche en un hotel de las afueras.
—Hoy es treinta de noviembre.
—¿Y…? —susurro aturdida.
—Le prometimos a tu padre que hoy volverías a tu casa.
Abro los ojos de golpe y salto de la cama.
—¡No!
Él se acerca a mí y me atrae hacia sí.
—No…
Las lágrimas salen desenfrenadamente de mis ojos.
—No quiero perderte, Heather, pero… esto ha de ser una despedida.
—Jason —digo entrecortadamente, hipando y tan bajo que dudo que llegue a oírme o incluso a entenderme, pero es algo que tengo que decir—, no me imagino mi vida diferente ahora que has aparecido.
Coge mi mano y tira de mí. Me abraza y sus labios besan los míos. Es distinto de la primera vez que pasó. Ahora no tengo miedo de sentir cosas por él, sino porque no quiero perderlo, no quiero que se vaya. Quiero que esté conmigo, que coja mi mano y nunca la suelte.
—No voy a desaparecer, Heather.


2 comentarios:

Unknown dijo...

AHHHHHHHHHHHHHHHHH!! Me has matado con la maratón :'O Por favor, sigue pronto, en serio. Muero. Por fovor. De verdad. Awwwwwwwwww. Es tan asdfghjklñlkjhgfdsa que... Sigue. Ya. Aggggggggggggggggggggg

Anónimo dijo...

Diiiioooos
No la dejees enseriiooo
es viciosa ehhh :)