domingo, 24 de febrero de 2013

Capítulo 6 «As long as she loves me²»


Capítulo 6.

            ◘ Jason McCann.

            Apago las luces de mi coche al distinguir el de Heather al final de la calle. Doy una vuelta y lo aparco. Tengo que ver qué está pasando. Pero no hay nada que ver, para variar. Heather y Brandon salen del coche de ella y entran en su casa.
            —Una vez más a observar desde las sombras.
            Pero no me importa. Lo prefiero mil veces a volver estar encerrado o resignarme. Lo único que necesito es saber que ella está bien, y si eso implica que no me vea, hacerlo sin que lo sepa, no tengo ningún problema.
            Aunque ansío tocarla, besarla, sentirla.
            Sacudo la cabeza.
            «Eso no va a pasar», me recuerda esa absurda y chillona voz que me agujerea la cabeza. «¿No te acuerdas? Ella ama a otro.»
            Si eso la va a hacer feliz, no tengo nada en contra.
            «Mientes.»
            No, no lo hago.
            No oigo nada más. Doy gracias. Me martilleo la cabeza con mis estúpidas acusaciones. Solo espero que Brandon sepa apreciar el tesoro que tiene entre sus manos, como lo es esa hermosa chica. Lo he seguido en varias ocasiones y no se ve con otras, lo cual, en el fondo… me sienta mal. Querría que no estuviera más con Heather. Ella es mía.
            O, mejor dicho…
            ¿Lo era?

♣ • ♣

            Heather corre la cortina, y no consigo ver qué pasa dentro. Joder. ¿Será porque sabe que estoy por aquí? Puede que sus padres no estén en su casa, y puede que tenga algo de suerte, para enterarme de qué pasa exactamente. Estaba demasiado lejos cuando han entrado a su casa, y no había demasiada luz, así que no me he podido fijar demasiado. Iban rápido, eso sí, y vale, puede que sea enero, pero tampoco hace tanto frío como para que ella temblara… tanto.
            Rodeo la casa y, en efecto, la única luz encendida es la del salón, y solo son las once. El coche del señor O’Connor no está en el porche.
            Una parte de mí me grita que es una estupidez, que no conseguiría hacerlo, que me pillarán y volveré a la cárcel… pero merece la pena arriesgarme. Como lo ha merecido siempre.
            Por ella.
            Obviamente la puerta principal está cerrada —paso de mirar, aun así—, pero la trasera…
            Giro el pomo, pero la puerta no se abre. Saco mi cartera y una horquilla para el pelo. La meto en la cerradura y le doy dos vueltas a la derecha y una a la izquierda. Y la puerta se abre. Oigo voces, que puede que sean susurros, pero necesito saber qué dicen.
            Subo las escaleras lentamente para no hacer ruido y así no ser oído. La puerta está entreabierta, así que solo me apoyo. Me quedo en la cocina, para no arriesgarme a ser visto. Solo quiero oír, no tengo necesidad de ver.
Eso… eso aprendí la última vez.
            Pero bueno, es lo que hay. Esto lo he elegido yo, y no me arrepiento, solo es un hecho.
            —Brandon, yo… Lo siento.
            ¿Por qué lo siente? ¿Qué ha pasado? ¡Que alguien me lo diga, por favor! Me he perdido todo lo que precede este momento, lo que probablemente sea lo más importante. Heather ha tenido que disculparse por algo lógico, obvio, pero ¿qué puede haber hecho ella para disculparse de ese modo… pareciendo que llora?
            —Heather —susurro con el corazón en un puño, dejando mi puto orgullo a un lado, por una vez, una insignificante vez… Esto es impotencia; estar cerca de la persona a la que amas, verla (oírla) soltando dulces lágrimas y no poder hacer nada, porque una pared invisible nos separa.
            —Heather —dice Brandon—, yo… no sé qué decir. ¿Has estado todo este tiempo guardándote eso?
            Oigo un gemido, que interpreto como una afirmación de parte de ella.
            —Te quiero —susurra él después.
            «Es más de lo que puedes soportar, débil.»
            Le hice una promesa.
            «Y ella nunca lo va a saber, joder. Piensa un poco.»
            ¿Qué acaba de pasar?
            «Acaba de pasar, imbécil, que Heather le ha hablado de ti al tal Brandon.»
            Dentro de mí, algo se enciende. Desconozco qué es. Si rabia, miedo, o felicidad.
            Es esperanza.
            Que se ha encendido al descubrir que ella no ha conseguido olvidarme.
La cuestión es: ¿eso es malo o bueno?
Puede que simplemente siga temiendo que vuelva a pasarle lo que le pasó dos años atrás, salir de casa y encontrarse con tipos como nosotros o puede… puede que…
«Puede que siga amándote, Jason.»

domingo, 17 de febrero de 2013

Capítulo 5 «As long as she loves me²»


◘ Heather O’Connor.

Tengo ojeras, aunque dé igual que intente taparlas con maquillaje, solo se marcan más. ¿Pero qué me pasa últimamente? Desde que salió la noticia de Jason, no puedo dormir. Tal vez Brandon me lo haya notado, porque últimamente está como más pendiente de mí. Y se lo agradezco, porque es mi novio y, en fin, eso se supone que hacen los novios, ¿no?
Me abrocho el último botón de la camisa y bajo las escaleras. Quiero llegar puntual.
—¿Adónde vas, Heather? —me pregunta Tracy apoyándose en la barandilla.
—Ya os lo dije, a casa de Brandon, me ha invitado a cenar con sus padres.
Ella sonríe, y se aparta. Mejor. Es tan predecible. Sé en qué está pensando. Sabe que va a ganar. En fin… que ha ganado ya. Parecía una competición y mira cómo ha terminado esto.
—No vuelvas tarde —dice antes de que yo coja las llaves de mi coche.
—Lo que tú digas —susurro entre dientes.
Entro en el coche y enciendo la radio. Ni siquiera pienso escuchar lo que dicen o la que probablemente sea mala música, porque estoy abrumada, y solo quiero que algo me impida pensar, o, por lo menos, lo dificulte un poquito.
Paso por delante de la casa, en la que Jason me dijo que había vivido, y donde ahora vivía su padre, si no… quién sabe, tal vez la haya vendido, pero no creo. Yo no sería capaz.
La casa verde…
‘Un día debería hacerle una visita’, susurra una parte de mí.
‘¿Y qué piensas decirle, valiente?’, responde mi otra parte.
Apago la radio. Muy mal me están viniendo las pastillas del estrés que me tomo, o me hacen un efecto que dura poco más de dos milésimas de segundo.
Conduzco hasta el barrio de Brandon. Se parece bastante al mío, elegante y sofisticado, pero no ese toque que tiene el mío, a pijo asqueroso. No sé por qué.

♣ • ♣

Llamo a la puerta.
Nada más abrir, él me planta un beso en la mejilla.
—Buenas noches —digo.
—Qué puntual eres. Ni ha hecho falta dejarle los cinco minutos de cortesía —susurra haciendo una mueca. Yo miro al suelo.
Detrás de él están sus padres, mirándonos, y me siento muy incómoda, a pesar de que me caigan tan bien, solo que tienen un aire muy frío y distante. No sé si es solo cuando estoy cerca, pero se me antoja de este modo. Puede que se parezcan a mí. Puede que por eso nos entendamos.
—Buenas noches, señor y señora Brington —les dedico una sonrisa.
—Buenas, Heather, ¿cómo estás?
—Bien, ¿y ustedes?
—También, gracias.
Los conocí hace un año, vengo aquí más de una vez por semana y siguen pareciendo sorprendidos al verme. La verdad, es que no lo entiendo.

♣ • ♣

Tomando el postre, parece que ambos se han relajado ya, porque han dejado de mirarme con los ojos exorbitados. Creo que es porque Brandon les ha dicho algo, pero ni idea. Además, es una de esas ocasiones en las que, realmente, no hay nada que decir.
Dejo de pensar en eso hasta que me doy cuenta que hablan de mí.
¿Y yo sin darme cuenta?
—La verdad, es que es de las mejores novias que te has echado —ríe su padre. Él parece más suelto, siempre se me ha antojado de esta manera—. Salías con cada una…
—Fred, por favor —dice su madre apretando los labios.
Miro a Brandon. Es curioso que no diga nada. Solo tiene la mandíbula apretada y mira con fijeza la mesa. Si mis padres empezaran a hablar de mis anteriores novios, simplemente me iría. Paso de los comentarios de mi padre, y de Tracy ya ni hablemos. Esa mujer no puede tener el pico callado durante más de dos minutos seguidos. Aún me pregunto qué vio mi padre en ella… O ella en él, que es un adicto al trabajo que presta más atención a una chatarra a la que se atreve llamar coche que a su mujer, y no digamos nada de su hija. 
Cuando les presenté a Brandon, aún no éramos nada.
Por eso, supongo, no se sorprendieron al decirles que estábamos saliendo.
—Mamá, papá —susurra—, voy a llevar a Heather a su casa.
—Pero… —comienza su padre, pero su madre le recrimina con la mirada y se interrumpe.

♣ • ♣

—Siento eso —dice cogiendo una curva, entrando en mi barrio.
—No pasa nada.
Él aprieta la mandíbula.
—Sí que pasa, Heather. Quiero… quiero hacerlo bien esta vez. Contigo, quiero decir. No quiero estropearlo todo.
Lo primero que se me pasa por la cabeza tras oír eso, tan hermoso, es ‘No me lo merezco’. Esa vocecita que hay dentro de mí me recrimina que mientras él lo hace todo por mí, yo solo estoy pensando en mis sentimientos por otro chico.
Yo tampoco lo voy a estropear.
            Él aparca frente a mi casa.
            —Brandon —acaricio su pelo—, yo también quiero hacerlo bien. Y empezaré… contándotelo todo.

domingo, 10 de febrero de 2013

Capítulo 4 «As long as she loves me²»


◘ Jason McCann.

Me agacho para coger una piedra y tirarla contra la ventana, desde lo alto del árbol. Al contrario de cómo se suele hacer, a la antigua, como era desde abajo hacia la ventana de arriba, pero no puedo arriesgarme a ser visto. Es muy peligroso, y me niego a echar a perder esto.
Sentado en una de las ramas del árbol, en la que observé a Heather anoche, delante de la ventana que da a su habitación. Estiro el brazo por detrás de la cabeza pero en un acto reflejo suelto la piedra y se me cae al suelo.
Es una moto. Y reconozco al instante quién es.
Brandon.
El novio de Heather. Nunca podré decir eso con total normalidad. Simplemente no puedo hacerme a la idea de que sienta cosas por otro chico, que no sea yo.
Parecerá egoísta, pero ella, es mía. Y de nadie más.
Llama al timbre. Tres veces. Abre la puerta.
Sé que está sola porque he visto a sus padres salir hace un par de horas. Lo cual lo hacía todo mucho más fácil… hasta ahora.
De un salto, llego al suelo. Como saltar de un segundo piso… pero mejor. Después de la cárcel, nada te puede parecer lo suficiente horrible o doloroso. Romperme un pie sería como, hace dos años, habría sido chocarme con alguien por la calle. Aun así, no pasaría nunca. He adquirido una fuerza extraordinaria de la cual, sinceramente, me siento bastante orgulloso.
Me asomo a la ventana entre las hojas de un arbusto, que dan vista plena a la cocina. Ella, hermosa, como siempre, prepara algo… que no sé qué es, pero no dudaría en comérmelo, eso está claro. Y él se acerca por detrás, aunque Heather, o no lo oye, o hace como tal, y él la abraza por detrás.
Siento una puñalada en la espalda.
Ella gira la cabeza y se encuentra son sus labios.
‘Heather lo ha besado.’
Enrolla sus manos en su pelo y cada vez están más cerca el uno del otro, besándose. Sintiéndose. Él la abraza y besa su cuello, y ella suelta una carcajada.
‘Nunca rió conmigo.’
Él posa sus labios sobre la frene de Heather y le dice algo.
‘Es suficiente’, me digo a mí mismo. ‘No te autodestruyas más.’
Me giro y echo a correr.
A ninguna parte.
Simplemente sé que es lejos. Lejos de este sentimiento que me está consumiendo por dentro y me está matando.
Ella lo ha besado, y él se ha dejado besar. No al revés. Es prácticamente imposible que no sepa que estoy fuera de la cárcel, y más que obvio que sabe por qué. ¿Y aun así…?
Me equivoqué.
Ella me ha olvidado. No siente nada especial por mí. No tanto como yo por ella. Tras todo lo que he hecho, tras haber escapado de la cárcel, tras no haberla olvidado.
Pero si ella es feliz...
… prefiero que esté con Brandon.
Si eso le hace bien, que así sea.
Si eso implica mantenerme al margen, que así sea.
Si eso significa dejarla marchar, que así sea.
Si eso me va a hacer contemplarla desde lejos, que así sea.
Porque siempre pienso protegerla.
Echo una última mirada hacia la casa y suspiro.
—Te dije una vez que nunca desaparecía, Heather… Y pienso cumplir.
Aunque tú no llegues a enterarte.

Capítulo 3 «As long as she loves me²»



◘ Heather O’Connor.


            Nos sentamos el uno frente al otro en la cafetería, y él clavó sus ojos en los míos. Me fijé en que tensaba la mandíbula y movía la pierna como si temblara. Pero no se daba cuenta. Simplemente, mantenía su mirada fija en la mía.
            —¿Brandon…? —susurré—. Uhm… ¿ocurre algo?
            Vaciló antes de contestar, y tardó unos instantes en decidirse a hacerlo. Unos instantes que se me antojaron eternos, y tal vez lo fueron, quién sabe.
            —Heather —balbuceó.
            Era la primera vez que lo veía de este modo, siempre parecía muy seguro de sí mismo, y, si no era así, ocultaba a la perfección sus inseguridades desde la primera vez que lo conocí.
            —Esto… —continuó—. ¿Saldrías conmigo el sábado por la noche?
            Abrí los ojos de par en par, y fui completamente incapaz de pronunciar palabra.
Más aún cuando susurró:
—Me he enamorado de ti.

♣ • ♣

Recuerdo aquel día mientras conduzco de vuelta a casa. No estoy segura de lo que pasó después, simplemente pienso en lo vulnerable que parecía en aquel momento a pesar de parecer siempre tener las riendas de todo lo que lo rodea, tomar decisiones y que todo le fuese fácil… cuando me susurró que debería tener más cuidado y yo únicamente le pregunté sobre sus modales.
En aquel momento pensé cosas horribles de él.
Y míranos ahora.
No… no pienso echarlo todo a perder. No en este instante, cuando tomo empezaba a ir bien.
—Esto no cambia nada —me digo a mí misma.
Nada es diferente ahora.
Soy yo quien gana. Porque… amo a Brandon, ¿no? Pero si es así, ¿por qué no puedo contarle lo que pasa? Él sabe qué ocurrió hace dos años, lo oí hablar con Tracy una vez, ella suplicaba que no me hablara del tema, pero solo quería hacerlo consciente. Solo le habló del secuestro. No mencionó al ladrón que se llevó mi corazón también…
Quería que las cosas fuesen diferentes. Y lo fueron.
¿Por qué ha tenido que pasar esto? ¿Por qué ahora todo se tambalea? ¿Y todo lo que me ha costado conseguir lo que tengo ahora?
Entierro la cara entre mis rodillas, sintiéndome avergonzada.
«La diferencia, es que él cumplió su promesa. Yo no.»
Me dijo que nunca me dejaría. Él me trataba como no lo hacía nadie. Brandon me cuida, me ayuda. Pero no es lo mismo.
De repente eso me parece poco importante. Me levanto de un respingo.
«¿Y si mi padre se ha enterado? ¿Y si decide ocuparse él?»
Jason lo dejó en evidencia. Ni él ni Drake eran los más peligrosos, pero sí los más buscados. Hacían lo que no podía conseguir nadie, no sé cómo, pero era así.
—Consiguieron llevarse lo más importante —susurro—, la paciencia de mi padre.
Que había estado mantenida a prueba desde hacía unos meses. Supongo que Tracy le pedía que me dijera lo de la boda, aunque tardaron en hacerlo. Demasiado.
Y eligieron el momento idóneo. Ya que, si no hubiese sido por eso, ninguno de nosotros estaría hoy aquí. Habría sido un robo. Pero no un secuestro.
Y yo no lo habría conocido.
Y tampoco me habría enamorado.
El principal problema, es que estoy feliz de que todo pasase de la manera
en que pasó. Porque para mí ha sido un factor vital.
            Sin ello, tampoco habría aparecido Brandon, el cual, puso su granito de arena y estuvo conmigo desde aquel día en que pensé que íbamos a pelearnos, porque había pasado peligrosamente cerca con su moto hasta que…
            No recuerdo bien cómo, nos hicimos muy amigos, y al tiempo me pidió salir.
            Me acuerdo de no pensar en el antes cuando estábamos juntos, solo en el ahora, que determinaba el después. ¿Duraría? Tal vez. Tal vez no. Lo mejor era que daba igual pero una parte de mí, una parte de mi corazón… latía por Jason. Única y exclusivamente para él, porque se lo regalé, y entonces aprendí por qué hay que pensar bien a quién le regalas determinadas cosas.
            Pasan a ser suyas.
            Para siempre.
           
♣ • ♣
           
—¿No quieres salir hoy? —me pregunta al otro lado del teléfono.
—La verdad es que no, pero ¿qué te parece si te vienes a casa y, no sé, vemos una película o algo así? Papá y Tracy no están aquí.
Ríe. Esa risa contagiosa que tanto me gusta y tanto me ánima. Y hoy no es una excepción. A pesar de todo.
—Claro. Ya mismo llego.
Y mientras estoy haciendo las palomitas, llaman a la puerta. Una, dos, tres veces. Sonrío instintivamente.
—Buenas —me da un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás?
Relajo los hombros.
—Pues como siempre —contesto.
¿Siempre estoy preocupada? ¿Siempre estoy asustada? ¿Siempre tengo miedo? ¿Siempre siento una opresión en el pecho? ¿Siempre parece que todo a mi alrededor da vueltas? ¿Siempre parece que mi vida no es real, que intenta parecerlo pero todos a mi alrededor actúan?
Pues no, la verdad.
Así no es como estoy siempre.
Sé que aunque Jason odiara hacer lo que hacía, se sentía protector a mi lado, aunque nunca me lo dijese, yo simplemente lo intuía. Por eso temo lo que pueda llegar a hacer. Admito, que era bastante temperamental. Pero aun así lo quería tanto.
¿Es posible que siga sintiendo todas esas cosas? ¿Es posible que siga estando enamorada de él? ¿Es posible? ¡Necesito respuestas!
Fuertes y firmes brazos me rodean la cintura. Giro la cabeza y beso a Brandon con fuerza. Mis dedos tiran de su pelo, y lo noto sonreír. Él me presiona contra su cuerpo. Me abraza con fuerza, y me besa el cuello. Río.
—Te quiero tanto, Heather… —susurra con sus labios posados sobre mi frente.
Sonrío instintivamente, pero enseguida se me borra.
No estoy segura qué responderle.