sábado, 13 de abril de 2013

Capítulo 14 «As long as she loves me²»


◘ Jason McCann.

Con el brazo apoyado contra la puerta del coche, intento pensar en cualquier otra cosa que no sea lo que realmente está pasando.
Porque, honestamente, ¿qué está pasando?
Le he dicho todo, absolutamente todo. Lo mucho que la quiero, que estos dos últimos años no he pensado en nada que no fuera besar sus labios, que ella ha provocado un cambio en mí que me da la oportunidad de hacer las cosas bien, de una vez por todas.
Y también le he dicho que nos vayamos.
Y ella no ha opuesto resistencia. Ha aceptado, a venir conmigo. Pero no quiero que sufra, no quiero que pase nada malo, no quiero que fuera, no nos vaya bien. No quiero verla de nuevo como ya la vi, porque como Josh y Lewis, hay muchos. Y están por todas partes. Irme de Chicago no arreglaría nada. Y ella confía en mí, está en mis manos, y la última vez no pude equivocarme más.
Pero eso sí, si de verdad quiere esto, se lo voy a dar. Y haré lo que sea por ella. Porque es… lo es todo.
Oigo unos golpecitos en la ventanilla. Uhm… ¿es Brandon, acaso? La bajo, y, no sé por dónde empezar. En realidad prefiero hablar con él en igualdad. Abro la puerta, y me doy cuenta de que es muy, muy alto.
—Quiero darte las gracias —le digo con firmeza—. Por todo.
Me aclaro la garganta y especifico un poco más:
—Por estar de ella como debí hacerlo yo en su momento. Por ayudarla a superar. Estoy en deuda contigo.
Él me atraviesa con la mirada, y luego me dedica una sonrisa burlona.
Joder, me recuerda a Drake.
—Es simple —responde—, quiero que me hagas un favor.
—Soy todo oídos.
—Cuídala.
Asiento.
Él la ama. Se le ve en los ojos. Me pregunto si es la misma mirada que tengo yo. Me pregunto cómo se sentiría yo si estuviera en su lugar. Si se despidiera de la chica a la que quiere y la vea irse con otro. Aunque… lo he visto con él, y solo pensaba en su felicidad.
Aunque una parte de mí anhelaba que la felicidad de Heather no dependiera de cualquier otro… que no fuese yo.
—Lo siento —susurro, en realidad, porque no sé qué otra cosa decir.
Sacude la cabeza, y luego, tras otro largo abrazo entre Heather y Brandon, él entra de nuevo en su casa.
         Heather se frota los ojos con los puños, y me dedica una triste sonrisa. Y lo único que se me ocurre decir, es:
—Puedes quedarte. Si quieres.
Me sonríe dulce y tristemente, con las mejillas enrojecidas y los ojos hinchados.
—No lo entiendes —balbucea—, he estado alejado de ti mucho tiempo, alejado de la persona que quiero, no puedes dejarme, no de nuevo. Me iré contigo, a mí no me retiene nada, Jason, y lo sabes. Solo quiero estar contigo. Me da igual dónde, o cómo. Solo quiero estar contigo —repite.
A mí tampoco hay nada que me retenga, pero si me voy a ir, con todo, no puedo dejar Chicago con cuentas pendientes.
—Hay una cosa que tengo que hacer. Y aunque no puedo obligarte, me gustaría que vinieses.
Ella se muerde el labio inferior.
—¿De qué se trata?
Trago saliva. No puedo creerme que después de tanto tiempo, realmente lo vaya a decir en voz alta.
—Voy a ver a mi padre. —Me aclaro la garganta antes de añadir—: Después de seis años.
        

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