domingo, 3 de marzo de 2013

Capítulo 7 «As long as she loves me²»

◘ Heather O’Connor.


—Se llamaban Drake Redmond y Jason McCann. Hicieron lo que hicieron, sí, pero no me trataron mal en absoluto. Hicieron lo que hizo falta para que no me faltase de nada durante dos o tres semanas, debiendo ocuparse de mí un mes. El día que me secuestraron, Drake me pidió disculpas por ello, y aunque en el preciso instante no entendí por qué, pronto me di cuenta que no era un asunto personal. Parecía sentir pena por mí a cada mirada, lo cual, evidentemente, me hacía preguntarme por qué me habían secuestrado si sentían pena por mí. Aunque tenía problemas con la bebida. Muy serios, además.

»Pero Jason era distinto. Nada que ver. La primera vez que hablé con él de manera civilizada estaba tranquilo, y no dejaba de repetirme que no tenía ni idea de por qué me habían secuestrado. Vaya una cosa, ¿no? Y yo no dejaba de gritar, y harta de llorar. Me dijo que no tenían el menor interés en mí, y no llegué a entenderlo hasta mucho después.

»El día siguiente fue muy raro. Fueron dos hombres a aquella casa, que yo no había visto nunca, preguntando… por mí.

Me callo un momento para mirar a Brandon. Traga saliva, pero continúa teniendo los ojos clavados en mí, sin la menor intención en interrumpirme, así que decido continuar, con ojos llorosos:

 —Me hablaban de una manera extraña, y provocaron a Jason en más de una ocasión. Recuerdo que en ese momento pensé que él tenía más voz que Drake. Él me apartó de aquellos hombres, pero no lo pude ver como una cosa buena, porque únicamente los veía como unos capullos.

»Después de eso me enteré de por qué había pasado todo. Las razones que tenían Drake y Jason para haberme secuestrado eran, simplemente, rabia y venganza. No contra mí ni contra mi familia, contra alguien que no conocían, porque habían asesinado a sus seres queridos y aquellos hombres, los que fueron a verme, eran quienes sabían quién había sido.

»Fui egoísta, ahora me soy cuenta, sobre todo. Pensé, únicamente en que yo no me mataba a mí misma tras haber asesinado a mi madre. Ella murió en el parto, técnicamente, la había matado yo.

»Cuando ya faltaba poco para que se terminase el mes, poco más de una semana, me pasó algo que no podría haber creído nunca posible. Me secuestraron dentro del secuestro original. Supe que pasaba algo cuando oí un portazo que no era propio de Drake, ni de Jason, siempre tan meticulosos y calculadores.

»Me encontré encerrada y atada en una furgoneta, sin poder moverme, con las mejillas empapadas de lágrimas… Y todo… pasó a partir de ahí.

—¿El qué? —susurra Brandon.

Alarga la mano y roza sus dedos con los míos. Lo miro, y tiene la vista baja, y cuando ve que lo estoy mirando, me sonríe de una manera distante, que me hace soltar la primera lágrima. Pero no me va a impedir ser sincera. Esta vez no.

—Me enamoré de Jason.

Él baja todavía más la mirada y me siento culpable, como nunca antes. Lo veo tragar saliva.

—Antes del juicio en el que se determinaba si él iría o no a la cárcel, hablé con Tracy. Me dijo que ése no era el chico adecuado para mí, que no me merecía, y que en realidad no lo amaba, ni mucho menos, él me amaba a mí. Me hizo prometer que si Jason era condenado, tendría que olvidarme de él.

Inspiro profundamente, pero de nada sirve, ya debo tener todo el maquillaje corrido sobre las mejillas, pero no puedo dejar de hablar. Ya he empezado, y he de ser sincera, no solo con Brandon, pero, sobre todo, conmigo misma. He de dejar de mentirme de una vez por todas.

—Lo condenaron.

Las lágrimas salen más desenfrenadamente de mis ojos, y probablemente no me entienda al hablar, pero necesito soltarlo.

—E intenté olvidar a Jason, como le prometí a Tracy, pero no pude. Y encontré aquel descampado en el que te conocí y… Me gustas, Brandon, de veras que sí, pero no dejaba de pensar que te he estado mintiendo todo este tiempo…

Ya no puedo casi hablar, siento que me ahogo y me atraganto con mis palabras.

—Brandon, yo… Lo siento tanto —es lo último que puedo decir antes de estallar a llorar como solo lo había hecho hace un poco más de dos años atrás.

—Heather —dice él cogiéndome la mano—, yo… no sé qué decir. ¿Has estado guardándote eso todo mi tiempo?

Se levanta, y, en vez de irse, como creí que iba a hacer al levantarse, pero tira ligeramente de mí para que me levante. Las yemas de sus dedos recorren mis mejillas para secarlas, me acaricia el pelo, y me atrae hacia él.

Me besa en los labios, y siento lo mismo que sentí la primera vez que lo besé.

Pero no lo mismo que cuando me besé Jason. Ni se acerca.

 

No hay comentarios: