◘ Heather
O’Connor.
Nos
sentamos el uno frente al otro en la cafetería, y él clavó sus ojos en los
míos. Me fijé en que tensaba la mandíbula y movía la pierna como si temblara.
Pero no se daba cuenta. Simplemente, mantenía su mirada fija en la mía.
—¿Brandon…?
—susurré—. Uhm… ¿ocurre algo?
Vaciló
antes de contestar, y tardó unos instantes en decidirse a hacerlo. Unos
instantes que se me antojaron eternos, y tal vez lo fueron, quién sabe.
—Heather
—balbuceó.
Era la primera vez que lo veía de
este modo, siempre parecía muy seguro de sí mismo, y, si no era así, ocultaba a
la perfección sus inseguridades desde la primera vez que lo conocí.
—Esto…
—continuó—. ¿Saldrías conmigo el sábado por la noche?
Abrí los
ojos de par en par, y fui completamente incapaz de pronunciar palabra.
Más aún cuando susurró:
—Me he enamorado de ti.
♣ • ♣
Recuerdo aquel día mientras conduzco
de vuelta a casa. No estoy segura de lo que pasó después, simplemente pienso en
lo vulnerable que parecía en aquel momento a pesar de parecer siempre tener las
riendas de todo lo que lo rodea, tomar decisiones y que todo le fuese fácil…
cuando me susurró que debería tener más cuidado y yo únicamente le pregunté
sobre sus modales.
En aquel momento pensé cosas
horribles de él.
Y míranos ahora.
No… no pienso echarlo todo a perder.
No en este instante, cuando tomo empezaba a ir bien.
—Esto no
cambia nada —me digo a mí misma.
Nada es
diferente ahora.
Soy yo
quien gana. Porque… amo a Brandon, ¿no? Pero si es así, ¿por qué no puedo
contarle lo que pasa? Él sabe qué ocurrió hace dos años, lo oí hablar con Tracy
una vez, ella suplicaba que no me hablara del tema, pero solo quería hacerlo
consciente. Solo le habló del secuestro. No mencionó al ladrón que se llevó mi
corazón también…
Quería que
las cosas fuesen diferentes. Y lo fueron.
¿Por qué
ha tenido que pasar esto? ¿Por qué ahora todo se tambalea? ¿Y todo lo que me ha
costado conseguir lo que tengo ahora?
Entierro
la cara entre mis rodillas, sintiéndome avergonzada.
«La
diferencia, es que él cumplió su promesa. Yo no.»
Me dijo
que nunca me dejaría. Él me trataba como no lo hacía nadie. Brandon me cuida,
me ayuda. Pero no es lo mismo.
De repente
eso me parece poco importante. Me levanto de un respingo.
«¿Y si mi
padre se ha enterado? ¿Y si decide ocuparse él?»
Jason lo
dejó en evidencia. Ni él ni Drake eran los más peligrosos, pero sí los más
buscados. Hacían lo que no podía conseguir nadie, no sé cómo, pero era así.
—Consiguieron
llevarse lo más importante —susurro—, la paciencia de mi padre.
Que había
estado mantenida a prueba desde hacía unos meses. Supongo que Tracy le pedía
que me dijera lo de la boda, aunque tardaron en hacerlo. Demasiado.
Y
eligieron el momento idóneo. Ya que, si no hubiese sido por eso, ninguno de
nosotros estaría hoy aquí. Habría sido un robo. Pero no un secuestro.
Y yo no lo
habría conocido.
Y tampoco
me habría enamorado.
El
principal problema, es que estoy feliz de que todo pasase de la manera
en que pasó. Porque para mí ha sido
un factor vital.
Sin
ello, tampoco habría aparecido Brandon, el cual, puso su granito de arena y
estuvo conmigo desde aquel día en que pensé que íbamos a pelearnos, porque
había pasado peligrosamente cerca con su moto hasta que…
No
recuerdo bien cómo, nos hicimos muy amigos, y al tiempo me pidió salir.
Me
acuerdo de no pensar en el antes cuando estábamos juntos, solo en el ahora, que
determinaba el después. ¿Duraría? Tal vez. Tal vez no. Lo mejor era que daba
igual pero una parte de mí, una parte de mi corazón… latía por Jason. Única y
exclusivamente para él, porque se lo regalé, y entonces aprendí por qué hay que
pensar bien a quién le regalas determinadas cosas.
Pasan
a ser suyas.
Para
siempre.
♣ • ♣
—¿No
quieres salir hoy? —me pregunta al otro lado del teléfono.
—La verdad
es que no, pero ¿qué te parece si te vienes a casa y, no sé, vemos una película
o algo así? Papá y Tracy no están aquí.
Ríe. Esa
risa contagiosa que tanto me gusta y tanto me ánima. Y hoy no es una excepción.
A pesar de todo.
—Claro. Ya
mismo llego.
Y mientras
estoy haciendo las palomitas, llaman a la puerta. Una, dos, tres veces. Sonrío instintivamente.
—Buenas
—me da un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás?
Relajo los
hombros.
—Pues como
siempre —contesto.
¿Siempre
estoy preocupada? ¿Siempre estoy asustada? ¿Siempre tengo miedo? ¿Siempre
siento una opresión en el pecho? ¿Siempre parece que todo a mi alrededor da
vueltas? ¿Siempre parece que mi vida no es real, que intenta parecerlo pero
todos a mi alrededor actúan?
Pues no,
la verdad.
Así no es
como estoy siempre.
Sé que
aunque Jason odiara hacer lo que hacía, se sentía protector a mi lado, aunque
nunca me lo dijese, yo simplemente lo intuía. Por eso temo lo que pueda llegar
a hacer. Admito, que era bastante temperamental. Pero aun así lo quería tanto.
¿Es
posible que siga sintiendo todas esas cosas? ¿Es posible que siga estando
enamorada de él? ¿Es posible? ¡Necesito respuestas!
Fuertes y
firmes brazos me rodean la cintura. Giro la cabeza y beso a Brandon con fuerza.
Mis dedos tiran de su pelo, y lo noto sonreír. Él me presiona contra su cuerpo.
Me abraza con fuerza, y me besa el cuello. Río.
—Te quiero
tanto, Heather… —susurra con sus labios posados sobre mi frente.
Sonrío
instintivamente, pero enseguida se me borra.
No estoy
segura qué responderle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario